Premio para Pizarra de Plata para D.José Castaño.

Como todos sabéis se ha solicitado el premio Pizarra de Plata para D. José Castaño. Todos sabemos que si hay una persona que se lo merece, por su trayectoria y por su buen hacer, ese es D. José. Esperamos y deseamos que así se haga. Os ponemos un estracto (D.Juan, el director, nos lo remitió completo, pero debido a su extensión sólo podemos poner una parte que creemos significativa) de su historial profesional que él mismo hizo (en él se ve calaramente su modestía, su ironía y su vocación de MAESTRO). Esperamos que lo disfrutéis.

"Premios o reconocimientos personales y/o profesionales recibidos.-

Escasos suelen ser los premios o reconocimientos profesionales que puede recibir quien tuvo “la suerte” de ser apartado de la enseñanza cuando apenas llevaba unos meses ejerciendo la profesión que había elegido y para la que me había preparado.

Nueve años transcurrieron desde mi reincorporación a la escuela hasta que me llegó la jubilación oficial por la edad. Este periodo me supo a poco porque sólo pude saborear lo que tanto ansié y que tan lejano veía.

Sin embargo, cuando a finales de 1983 me comunicó la Inspección que me había llegado el momento tan deseado por muchos y tan temido por otros, -los menos- de la jubilación, con fecha de 1 de enero de 1984, tuve la gran satisfacción de que me entregara un documento en el que, además de agradecerme los servicios prestados (¡qué menos se puede hacer!) me comunicaba que se me había concedido un “voto de gracia” por la labor desarrollada durante mi corta vida profesional como docente.

No sabía que existiera tal reconocimiento, por lo que recuerdo que me hizo gran ilusión el ver que se acordaban oficialmente de mi labor y me lo agradecían de aquella forma.

Es posible que esto no fuera más que un mero trámite común a todos o a casi todos los que se jubilaban, pero yo me lo tomé –y lo sigo considerando así- como un reconocimiento que agradezco. Es más, no quise preguntar después a nadie si ese “voto de gracia” era una práctica común, porque es posible que me hiciera perder la ilusión que me produjo el leerlo, ya que… ¡de ilusión también se vive!

Después de la jubilación, lo relacionado con los premios y reconocimientos ha variado completamente y de forma muy significativa.

Empezaré por reseñar que me han concedido el mayor galardón y de lo que más orgulloso puede estar un maestro: el que a un colegio público le pongan su nombre ¡Casi nada! ¡Colegio Público de Infantil y Primaria “Maestro José Castaño”

Es cierto que cuando me jubilaron oficialmente continué impartiendo las mismas clases de Lenguaje que venía dando en el Colegio “García Alix” (hoy Federico de Arce) a los alumnos de 6º, 7º y 8º de E.G.B., pero aquello lo hacía yo, no como un trabajo, sino como un disfrute personal, lo que en lenguaje juvenil podríamos denominar “una gozada”.

No podía pensar que aquello con lo que yo disfrutaba tanto se convertiría en el motivo principal por el que los compañeros, asociaciones de padres de alumnos y amigos se basaron para solicitar y conseguir que se le pusiera mi nombre a un colegio que se estaba construyendo en las proximidades del Jardín de la Seda. Han transcurrido desde entonces 16 años y todavía me emociono –y no poco- cuando al llegar al Colegio veo el letrero que campea en su fachada: “Colegio Público Maestro José Castaño”. No sólo le pusieron mi nombre, sino que, además, (para mí es muy importante) tuvieron el acierto de anteponer a mi nombre la palabra MAESTRO. ¿Puedo recibir un mayor reconocimiento y premio?"